De fondo, una música suave. Anni B sweet, la voz de una chica, dulce, agradable, que hace que mi mente vuele. Que vuele y que baile al son de esa melodía.
Momentos antes de ir a dormir mi mente baila al son de esa música y de los sueños que siempre tuve. Los sueños de todo y de nada, los sueños de un futuro inventados en un pasado imposibles de realizar en este presente.
Sigo escuchando la música y bailo con ella, con lo sueños que en sueños se quedaron y con las palabras que nunca dije. Éstas también la acompañan. Las palabras que no dije, las miradas que no supe ver, las sonrisas perdidas en el tiempo y las caricias que nunca encontré.
Y cada noche, cuando cierro la puerta de la habitación, escucho mi música y me veo bailando, aunque no quiera, al son de los sueños que solo sueños son. ¿Bailaré algún día al son de los sueños que ya no son?
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